jueves, 23 de abril de 2009

EPPUR SIE MUOVE

"Y sin embargo se mueve". Esa fue la frase dicha por Galileo cuando fue víctima de una sentencia religiosa que le castigaba por afirmar que la tierra giraba alrededor del sol. Fue condenado a prisión de por vida, aunque luego la condena fue cambiada por arresto domiciliario. Y aunque creo que verdaderamente las palabras del profeta Josué hicieron el efecto de fé de detener el tiempo para que no oscureciera y el pueblo escogido tomara posesión de la tierra prometida, también creo que la hipótesis de Galileo ha sido mas que comprobada. Josué le pidió a Dios que detuviera el sol porque pensaba que ese astro era el que se movía, pero Dios entendió la petición e hizo que la tierra se detuviera y con ella el tiempo. Ahora bien, desde aquella supuesta señal recibida por Constantino de la cruz en el cielo, que le hizo prometer que de ganar la batalla contra los turcos se convertiría al cristianismo, con su consecuente victoria y luego la imposición de la religión cristiana como la creencia oficial del imperio romano, desde aquel instante se ha estado librando una batalla de lo espiritual queriendo entrar al dominio de lo terrenal. Desde entonces, mucho es lo que se ha escrito sobre la conveniencia o no de que la religión popular tenga presencia en las esferas del poder; o si por el contrario conviene que se dedique solo al trabajo espiritual en la tierra. ¿Qué ha dicho la experiencia? Los actos de mea culpa de la iglesia católica en los últimos años, especialmente por la voz conciliadora del antiguo papa Juan Pablo II, nos dice que verdaderamente, hubiera convenido apartarse de la búsqueda del poder terrenal y enfocarse en la labor espiritual. Nos lo dicen las cruzadas, las persecuciones, la santa inquisición y, entre muchas otras cosas, nos lo dice hoy día el artículo 30 de la Constitución que se pretende implementar. Y ahora, condenados como estamos a no saber qué le hará la ciencia en ciertos casos que pueden entrar en contradicción con ese artículo, como si el pueblo tuviese la voz de Galileo dice: Y sin embargo, el problema de la ciencia con esa legislación persiste. EPPUR SIE MUOVE.