miércoles, 25 de marzo de 2009

Y DALE CON LA EXTENSION DEL PERIODO LEGISLATIVO

Existen algunas noticias que, debo admitir, solo leo los titulares de las mismas, porque a pesar de que son importantes, como que se tornan tan repetitivas y tan a la orden del día que ya ni me llaman la atención, así que veo el titular y salto a la próxima noticia. Es el caso, por ejemplo, de las protestas y de algunos aspectos de la reforma constitucional. No recuerdo dónde, hoy leí sobre un debate respecto a la extensión del período congresional de los legisladores por vía de la reforma constitucional. Bueno, hay que unificar las elecciones congresionales, municipales y presidenciales, según dicen los propios políticos que años atrás las separaron. Si ellos lo dicen, entonces lo creo. Lo que no creo es en la legalidad de una gestión legislativa que se prorrogue su período por dos años mas allá del período constitucional para el cual fue elegida. En primer lugar, por el conocido aspecto irretroactivo de la constitución y las leyes, las cuales "solo aplican para el porvenir", así dice nuestra constitución. En segundo lugar, porque los gobiernos (el poder legislativo es parte del gobierno), deben gozar de dos cualidades: Una es la legalidad, otra es la legitimidad. La legitimidad solo la otorga la soberanía del pueblo, quien refrenda o rechaza los actos de los gobiernos. Y dicha soberanía se expresa mediante el voto popular. Por consecuencia lógica, la legitimidad de una gestión legislativa depende de la libre elección del pueblo por voto electoral, no de un acto autoritario con imagen de legalidad, como sería una extensión del período legislativo sin elecciones libres. Si el pueblo no los legitima en elecciones libres, tendremos legisladores impuestos por la fuerza de la reforma constitucional, y ante ciertas eventualidades un poder legislativo en esas condiciones es un peligro para la soberanía de una nación. No lo digo yo, sino la historia.