domingo, 8 de marzo de 2009

LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA MUJER Y LA CIUDADANA

La Revolución Francesa de 1789, con todo y ser un ejemplo de avance y de pensamiento ilustrado, en su Declaración Universal de los Derechos del Hombre, sufrió de un desperfecto que para la época parecía pequeño, pero en nuestro tiempo resulta implacablemente tachable. Sí, es cierto que apelaba a la igualdad de los hombres ante la ley, pero obvió también la igualdad de los géneros, renuente por su machismo social a reconocer en la mujer una persona con capacidad igual a la del hombre en el aspecto intelectual. Por esta razón, dos años mas tarde, una mujer francesa, Marie Gouze, mejor conocida como Olympe (Olimpia) de Gouges, redactó y dio a conocer la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. El pensamiento mas ilustrado entre los ilustrados franceses, concebido por una mujer, cosa que una sociedad machista no debería perdonarse nunca. Esta declaración es conocida como el primer documento legal que versa sobre la igualdad de las mujeres y los hombres en la historia. En esta declaración ella llama a la mujer "ser superior en belleza como en coraje, en los sufrimientos maternos"...también dice: "La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden estar fundadas en la utilidad común." En esta declaración proclama además: El derecho a la toma de decisiones políticas de la mujer; el deber de responder ante la ley por sus acciones en las mismas condiciones que el hombre, aún así sea para enfrentar el castigo; la libre expresión de la mujer y el derecho a expresar de forma abierta la paternidad de sus hijos sin ser cuestionada en su moral; los mismos deberes de contribución fiscales que el hombre; el derecho a la propiedad privada de la mujer igual que el derecho del hombre. Su aporte es mas visible ahora, luego de haber recorrido el mundo tantos caminos desacertados negando a la mujer, como si de un menor incapaz se tratara, los derechos que como ser pensante le corresponden. Pena da decir que el famoso Código Civil Napoleónico de 1804, ley tambien de vanguardia, se dio el lujo de poner restricciones a la capacidad civil de la mujer casada teniendo un texto como este en las narices de los legisladores franceses. Todo esto nos hace ver la grandeza del pensamiento de una mujer que no tenía la educación ni las herramientas de los ilustrados franceses, pero sí entendió que la ley natural que Dios da en la naturaleza debe guiar a la ley positiva dictada por los legisladores. Una copia gratis de dicho documento: